En las colinas de Granada, al pie de la Sierra Nevada, se levanta una de las joyas arquitectónicas más importantes de la Humanidad que aún sigue en pie: la Alhambra.
La Alhambra es un complejo urbanístico que consta de Palacios, Ciudadela, Fortaleza y Generalife. Fue residencia de los sultanes Nazaríes y de los altos funcionarios, servidores de la corte y soldados de élite durante los siglos XIII al XV.
En este conjunto se distinguen cuatro zonas: los Palacios Nazaríes, la zona militar o Alcazaba, la ciudad o Medina y la finca agraria del Generalife, todo ello en un entorno de zonas boscosas, jardines y huertas.
Palacios Nazaries
Los Palacios Nazaríes son dos: el palacio de Comares y el de los Leones; ambos proceden del siglo XIV. En ellos se puede observar la increíble belleza del arte Nazarí, que se destacaba por usar materiales simples como el yeso, la madera y el barro, para realizar obras de gran valor artístico, tales como la taracea en madera o los bajorrelieves en yeso que cubren todas las salas de los palacios.
Comenzando la visita de los Palacios nazaríes, el primer Palacio que nos encontramos es el de Comares. Impresiona su fachada que fue mandada edificar por Mohamed V en 1370. El recinto central de este palacio es una gran alberca que sirve como espejo de agua para la torre de Comares.
Hay grandes salas en este palacio, como la sala de la barca, a través de la cual se accede a la Torre de Comares. Las dos salas cuentan con bellísimos techos artesonados mozárabes y zócalos de azulejos, típicos de la Alhambra. Destaca el techo de la torre con forma cúbica y en el que se representan los siete cielos de la cultura musulmana, situados uno encima de otro. Una característica esencial de este techo es que está colmado de estrellas.
Todas las paredes están cubiertas de artesonados en yeso con bajorrelieves incluyendo escrituras sagradas así como con poemas de amor.
Si seguimos el recorrido a lo largo del espejo de agua, pasaremos por un pequeño arco por el cual se accede al Palacio de los Leones. Éste posee una fuente central, la fuente de los leones que es una maravilla arquitectónica. Fue restaurada hace poco y todos sus elementos -- la taza y los leones -- son originales del siglo XIV.
Este patio nos maravilla con sus bellas columnas con capiteles nazaríes: son 124 en total y fueron construidas en mármol blanco con intrincadas filigranas en sus arcos.
A los lados del patio se encuentran cuatro habitaciones, a las que les llegaba agua proveniente de la fuente: la sala de los Abencerrajes, la sala de las dos hermanas, la sala de los ajimeces y el mirador de Lindaraja. Con la construcción del Palacio de Carlos V se le quitó la vista a este mirador.
Nos sorprende encontrar, dada la diferencia de estilos, la habitación del Emperador, construida en el siglo XVI para que el Emperador Carlos V pasara ahí su luna de miel. En esta misma sala habitó en el siglo XIX el escritor Washington Irving, el famoso autor de los Cuentos de la Alhambra.
También, en el perímetro de la Alhambra, encontramos el renacentista Palacio de Carlos V -- en cuyo seno se encuentran el Museo de la Alhambra con objetos encontrados allí -- el Museo de Bellas de Artes y la Iglesia de la Encarnación.
El Generalife
Continuamos la visita caminando hacia el Generalife, donde se destacan sus frondosos jardines, huertas y varias construcciones de la época nazarí, como los restos del palacio de Dar– Al–Alusa, los Albercones y la silla del Moro.
Alcazaba
Siguiendo el paseo nos dirigimos a la Alcazaba. Ésta es la parte destinada a la defensa de todo el conjunto; allí se destaca la Torre de la Vela, la Torre del cubo y el patio de armas, la torre de la pólvora y el jardín de los adarves. También destaca la Torre del homenaje, que sirvió en su momento de habitaciones del sultán mientras se construía su palacio y para almacenar especias, sal y cereales.
También en la alcazaba, en su parte central observaremos ruinas de las habitaciones donde residían los soldados,
Ciudad y Medina
En la Alhambra, es muy agradable perderse entre sus jardines, recorrer las callejuelas de la ciudad, con los talleres de taracea y artesanías. Nos encontraremos con diferentes edificios de la época como Los Baños. Cabe destacar que podemos caminar por los jardines todo el tiempo que quiéranos, sólo los Palacios Nazaríes tienen una hora fija para visitarlos.
Vale la pena también recorrer el Parador de turismo, construido en el antiguo convento de San Francisco, que tiene valiosas muestras de arte de la época. En su Capilla estuvieron enterrados los Reyes Católicos, hasta el momento en que el Emperador, su nieto, decidió trasladarlos a la Capilla Real de la Catedral de Granada.
Asimismo cuenta el Parador con un excelente restaurant, donde nos podremos sentar en la terraza a disfrutar de un refresco después de tanto caminar o degustar un menú Nazarí, para sentirnos totalmente en ambiente con la lo que comían los habitantes de la época.
Toda esta descripción que les hice no le hace honor a la encantadora belleza de la Alhambra, así que les aconsejo seriamente ponerla en su lista de sitios para visitar.
Si quieren observar la Alhambra desde lejos, el lugar perfecto para hacerlo es el Mirador de San Nicolás ubicado en el barrio Albaicín desde donde se puede observar la espectacular belleza de la Alhambra y cómo domina desde su altura toda la ciudad de Granada.